Presentaron el libro “Bosques, comunidades y monocultivos. Transformaciones de la industria forestal desde el Sur de Chile (1974-2010)”, de Yerko Monje

La obra, publicaba por Ariadna Ediciones, se centra en las dinámicas históricas del territorio valdiviano en la actual Región de Los Ríos, explorando los cambios en las trayectorias productivas vinculadas a las plantaciones forestales y la gestión de bosques. 

El pasado 12 de noviembre, en una colmada y recién estrenada Sala n° 11 del Pabellón Guillermo Araya, se realizó la presentación del libro “Bosques, comunidades y monocultivos. Transformaciones de la industria forestal desde el Sur de Chile (1974-2010)” de Yerko Monje Hernández, académico del Magíster en Historia del Tiempo Presente y director de la Escuela de Historia y Ciencias Sociales. En el evento se contó con la presencia de destacadas(os) académicas(os) y estudiantes de la comunidad universitaria.

La actividad se inició con la Dra. Diana Henao, del Instituto de Historia y Ciencias Sociales, quien introdujo la presentación y ofreció unas palabras preliminares, aludiendo a la importancia de este libro que desarrolla una temática contingente en nuestro territorio.

Luego, fue el turno del Dr. Fabián Almonacid, del Instituto de Historia y Ciencias Sociales, quien refirió a que tuvo el honor de ser el profesor guía de la tesis de Monje (cuyo material conforma luego este libro). Además, apeló a una continuidad historiográfica a propósito de este aporte investigativo. Junto a esto indicó la conformación de una comunidad de académicas(os) y estudiantes como un aspecto relevante para dicha continuidad.

A su vez, como algunos aportes de esta investigación mencionó que se trata de un estudio situado microhistórico que busca responder grandes preguntas, pero en la particularidad del sur; otro elemento tiene que ver con la perspectiva teórica que utiliza el autor, quien tiene preocupaciones por conceptos como capitalismo o extractivismo, y, en dicho sentido, cómo el Estado ha sido una pieza relevante para el desarrollo de la industria forestal; además, destacó como un elemento creativo la diversidad de fuentes que utilizó Monje. Por último, puso en debate la referencia a una “industria forestal”, concepto que debe cuestionarse y actualizarse, ya que se trata de empresas privadas que no producen, sino que solo efectúan la extracción de recursos. Desde esta perspectiva, habría que pensarlas de otro modo, ya que son entidades que pueden llegar a ser perjudiciales para las comunidades y no entregan beneficios efectivos.

Posteriormente, intervino la Dra. Carla Marchant, del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas, quien enfocó su exposición en dos perspectivas: desde la Geografía, su disciplina de conocimiento, y el valor de la amistad con Yerko Monje. Marchant reiteró la relevancia de que se trata de un ejercicio situado que observa las consecuencias que han tenido en este periodo estudiado (1974-2010) la industria forestal en la ecoselva valdiviana. Por otra parte, indicó cómo el modelo neoliberal reconfigura el uso del territorio, con el monocultivo como eje. Además, destacó la perspectiva interdisciplinaria del estudio, en el que se conjugan de forma armoniosa la Historia y la Geografía Crítica. Mencionó también el valor del uso de lo microhistórico como un aporte para enriquecer la historiografía, de esta manera es fundamental la experiencia de las comunidades para entender los efectos de la expansión de la industria forestal. Por último, se refirió a que este tipo de investigación es una contribución a la historia ambiental “para el sur y desde el sur”, lo que permite instalar este enfoque y a su vez ampliar el marco de análisis.

Por último, expuso el Dr. Dasten Julián, académico de la Universidad Arturo Prat, quien manifestó los alcances de esta propuesta. Un primer aspecto que relevó es la importancia de la comunidad que funciona como reflejo de la escritura de este libro. Por otra parte, el tono pedagógico del texto es fundamental, ya que expone las ideas de forma clara y cercana con el lector. A su vez, Julián se pregunta por la contingencia de leer este texto hoy. Indica que es un instante clave, ya que el sector forestal genera una depredación en el territorio que habitamos. De esta manera, abre un debate que alcanza ribetes políticos. Subraya a su vez la revisión que realiza Monje de los significados que el espacio entrega a la conformación de un territorio. Por otro lado, menciona que el Estado no es un actor pasivo, ya que genera incentivos perversos a los grupos económicos a cargo de este sector.

Igualmente, recalca que este estudio es notable para abrir nuevas investigaciones y es un aporte para las(os) académicas(os) y estudiantes. Alude también que esta innovación de una propuesta interdisciplinaria contiene la posibilidad de aprendizaje; por ejemplo, en ámbitos históricos, geográficos y sociológicos, sin tener un tratamiento forzado de esta conjunción de disciplinas. Otro aporte tiene que ver con la construcción de una historia microsocial con una visión emparentada con las redes internacionales. Luego, propone la inquietud respecto de la influencia del conocimiento a la legitimación de este sector forestal y se pregunta cuál sería el rol de la universidad en este caso. Por último, apela a una dimensión política del Estado, con una visión que se ajustó a los grupos económicos de la dictadura, en primera instancia, y luego a los distintos gobiernos de la Concertación. En dicho sentido, esta investigación sería un ejercicio fundamental para la persistencia de la memoria.

Para cerrar la actividad, Yerko Monje entregó sus palabras de agradecimiento a quienes hicieron posible este hito tan especial a nivel personal y profesional. Destacó por su parte el valor de efectuar salidas a terreno para los ejercicios de investigación y que a su vez todas estas experiencias y aprendizajes tienen que ver con un logro de carácter colectivo.

Para las(os) interesadas(os), este libro se encuentra para libre descarga en el siguiente link de Ariadna ediciones: https://ariadnaediciones.cl/index.php/catalogo/276-bosques-comunidades-y-monocultivos

Accede a la galería de fotografías del evento acá:

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A propósito del día internacional contra la homofobia, lesbofobia, transfobia y bifobia.

El domingo 17 de mayo se conmemoró el Día internacional contra la homofobia, lesbofobia, transfobia y bifobia. Este día  es, sin duda, un hito para la comunidad y movimiento LGBTIQ+, ya que conmemora la eliminación en 1990 de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales establecidas por la Organización Mundial de la Salud. Ahora bien, como llamado y perspectiva de realidad, no hay que olvidar que recién en 2018 la “transexualidad” dejó de ser considerada un trastorno y suprimida de la misma lista para avanzar en la despatologización de las identidades trans, y aún más, en la actualidad muchos países siguen penalizando y criminalizando identidades y expresiones de género que escapan a la heteronorma.

Más allá de los debates históricos sobre la temática, aquel hito se ha significado como una instancia de visibilización de las violencias y desigualdades a los que se enfrentan estos colectivos, tanto a nivel nacional e internacional. No olvidemos que a pesar de los “avances” en el discurso público y gestos políticos, siguen ocurriendo asesinatos y agresiones cada día. Como ejemplo, el propio MOVILH declara que desde el inicio de la pandemia, los abusos a personas LGBTIQ+ han aumentado en cerca de un 40%. Situación que se agudiza y profundiza con las violencias de género contra mujeres en situación de confinamiento, tal como han evidenciado distintas agrupaciones y colectivas feministas.

Esta conmemoración nos invita a reflexionar que más allá de una fecha en especial, no es suficiente levantar la bandera de la diversidad e inclusión una vez al año (si es que se hace). Las instituciones educativas, incluyendo las universitarias, tienen un deber por establecer la inclusión y promoción de la diversidad como un sustrato fundamental de su quehacer y no solo un requisito más dentro de un plan de gestión. No olvidemos que las instituciones de educación superior son espacios articuladores para distintas áreas de saber y cuna de futuros profesionales, por tanto, pasos concretos como la creación de reglamentos de AVD, y el reconocimiento y uso del nombre social establecido por distintas casas de estudio – como la UACh en 2019 – ciertamente son necesarios y marcan un camino. En este sentido, sus acciones toman especial relevancia en su rol de formadoras de profesionales, como educadores y educadoras por ejemplo, ya que serán los encargados de forjar la impronta de atención y consideración de la diversidad en las nuevas generaciones.

La visibilidad de la diversidad y la diferencia no puede entenderse solo en clave binaria, como ha predominado en el discurso público y político; cuyas dinámicas transitan en los debates hombre/mujer o femenino/masculino. Si bien se ha avanzado sostenidamente en políticas que promueven la igualdad de derechos, existe una enorme deuda con la población que no participa en ninguna de las identidades hegemónicas, y bajo distintas expresiones de género. Precisamente, desde un debate interseccional, es necesario denunciar, visibilizar y disputar espacios de poder, para avanzar de manera significativa y sostenida en el respeto y promoción de la diferencia, en todos sus espectros posibles, desde una profunda valoración a los Derechos Humanos.

Este día internacional contra la homofobia, lesbofobia, transfobia y bifobia, es un llamado a presentar y debatir conceptos como diferencia, diversidad, expresión y género, en el sentido más abarcador y profundo de su significado. No es una convocatoria solo a grupos específicos, es una invitación a pensar nuestra sociedad con urgencia de amplitud y empatía, para visibilizar la diferencia como eje articulador de futuros posibles, especialmente en momentos de crisis.

Por la memoria de Mistral, Lemebel Daniel, entendamos la inclusión y diferencia como valor fundamental y profundamente humano. De esta forma, construiremos una sociedad donde ningún niño, niña o niñe se sienta extraño o solo, ninguna persona sea violentada o asesinada por su sexo, identidad y expresión de género, nadie piense por ello que el suicidio es una opción, y que ninguno termine oculto y reprimido, por miedo a represalias laborales, sociales y políticas.

Finalmente, ese es el valor de la diversidad y diferencia. Es un discurso por y para la vida. No estamos solos.

 

 

*** Las opiniones vertidas en este texto, representan únicamente el pensamiento del autor, bajo ningún caso deben ser entendidas como la posición de alguna nstancia institucional de la Universidad Austral de Chile.