Profesores en Formación de Educación Parvularia participaron de ceremonia de Compromiso Pedagógico

Junto a sus familias, las y los estudiantes de las generaciones 2020 y 2021 renovaron su Compromiso Pedagógico en emotiva ceremonia.

El pasado 06 de octubre, en el Auditorio del edificio Eleazar Huerta de la Facultad de Filosofía y Humanidades, se llevó a cabo la Ceremonia de Compromiso Pedagógico donde participaron estudiantes de tercer y cuarto año de la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia. Este hito contó con la presencia de la Decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades Dr. Karen Alfaro, el Director del Instituto de Ciencias de la Educación Dr. Marcelo Arancibia, la Directora Subrogante de la Escuela de Pedagogía en Educación Parvularia Dr. Claudia Contreras, coordinadoras de prácticas pedagógicas, académicos, egresados y docentes guías de establecimientos educacionales.

En la instancia, más de 80 estudiantes de Pedagogía en Educación Parvularia recibieron piochas que dan continuidad de formación situada de prácticas pedagógicas, en su última etapa de formación. La carrera que se creó en 2019 es también una licenciatura, lo que la distingue de otras casas de estudio, puesto que su formación también sitúa a los futuros profesionales de la educación  en la tarea docente.

Así mismo, la formación docente de la carrera busca que los estudiantes encajen en una nueva perspectiva de la educación infantil. Este cambio de paradigma pretende estar acorde con los derechos de la infancia, considerando a los niños y niñas como sujetos de derechos al alero de una política educativa sólida, que entiende a las niñas y niños no como adultos pequeños, sino como seres valiosos en sí mismos y capaces de aportar al mundo.

“Este compromiso pedagógico es una invitación a repensar el sistema educativo de los jardines infantiles, de las familias y del conocimiento de la infancia. Una invitación a asumir con responsabilidad esta profesión, que nos lleva a hacernos cargo de una serie de problemáticas educativas y sociales, es decir, asumir una responsabilidad de la labor que van a ejercer. Les invitamos a comprometerse de manera responsable para hacer de este país un Chile más digno, inclusivo y donde todas las infancias tengan cabida, creo que esa es la principal responsabilidad que esperamos hoy día puedan asumir en este compromiso”, expresó a los estudiantes presentes la Decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Dra. Karen Alfaro.

Por su parte, el Director del Instituto de Ciencias de la Educación, Marcelo Arancibia, comentó que, “estoy feliz de que se pueda hacer este compromiso pedagógico como un acto simbólico, para que puedan comprometerse consigo mismas y mismos. Pero también hay otros compromisos pedagógicos que se asumen con la sociedad, en un compromiso político porque incidimos en las vidas de otras personas. Siempre un profesor y profesora tendrá esa característica de ser un ser político, en el sentido de vivir en la polis, en comunidad”.

La estudiante de cuarto año de Pedagogía en Educación Parvularia, Francesca Burmeister, destacó la importancia de este compromiso pedagógico, pues “la espera ha sido larga y el camino difícil, debido a que entramos cuando inició la pandemia, por lo cual hubo diversas carencias y limitaciones en nuestra formación. A pesar de ello, igual pudimos salir adelante y luchar por nuestro sueño gracias al apoyo de nuestros profesores, directora, familias y al esfuerzo de nosotras mismas. Por otra parte -y ya desde una visión personal-, me considero una educadora en formación que  está segura de su decisión y ama lo que hace, por lo que este compromiso con la pedagogía me hace reforzar la idea que educar desde el amor y el juego tomando en cuenta la voz de los niños y niñas puede transformar una sociedad que considere enfoques de derecho, género e interculturalidad desde la primera infancia”.

La Universidad y el trabajo online como escenario para vivir en comunidad

Actualmente nos encontramos en una situación que, para la mayor parte de la población fue inesperada y que está siendo difícil de vivenciar. Con el objetivo de cuidarnos, nos encontramos encerrados y encerradas en la casa, distanciados físicamente de nuestros seres queridos y con temores propios de enfrentar una pandemia que, hasta ahora, no tiene respuesta inmune natural ni artificial.

Viviendo esta situación, podemos pensar en lo peor, sin embargo, también podemos reconocer   las fortalezas con que contamos, cómo ello nos permite ayudar a otras personas y tomar decisiones a partir de esto. Las comunidades educativas que hoy tele-trabajamos-estudiamos seguimos contando con el otro, seguimos en relación y por tanto, tenemos la posibilidad de continuar cultivando el sentido de pertenencia, de reciprocidad y de identidad. Somos parte de una institución que contribuye al desarrollo del conocimiento y la cultura, su sello nos interpela y trasciende. Tomamos una posta respecto del desarrollo de un país y de quienes nos rodean, este es el mejor tiempo para devolver la mano, para agradecer y estar presentes para otros y otras. Juntos somos, convivimos y hacemos cada día en ambientes amplios y pequeños.

Cada persona, desde su espacio, recursos y relaciones puede contribuir a que otro/a se encuentre mejor. Mantener y crear vínculos, actuar desde la reciprocidad, explicitar la empatía, es posible desde el teletrabajo o la teleeducación, pues cada uno/a una en sus tiempos de interacción hace intervenciones socioculturales para y desde su comunidad. Cada una/a puede convertirse en un factor protector del otro.

Nuestra universidad es una reserva cultural y socioafectiva frente a la difícil situación actual, pero para ello, cada uno/a debe ser consciente de sus limitaciones, y fundamentalmente de sus fortalezas, para ponerlas al servicio de la comunidad al interior y exterior de la universidad. La invitación es a quedarnos con la idea de que la actual crisis, la superamos entre todas y todos, siendo cada una/o, desde la acción, una ayuda para la comunidad a la que pertenece y desde la que se  nutre y crece.