Profesores en Formación de Educación Física, Deportes y Recreación realizaron jornada de motricidad en Escuela Walter Schmidt Roestel

Este hito, forma parte de las actividades de conmemoración del plantel educativo, que cumplió 54 años de trayectoria en la ciudad.

Hace unos días, se realizó una nueva Jornada de Motricidad Escolar de Inmersión en la Diversidad, encuentro que reunió a 80 estudiantes de la Escuela Diferencial Walter Schmidt Roestel de Valdivia y que fue liderado por 47 profesoras y profesores en formación de la Escuela de Pedagogía en Educación Física, Deportes y Recreación UACh.

La jornada que, por segundo año consecutivo, nace al alero de la asignatura aprendizaje, cognición y diversidad, dirigida por la académica del Instituto de Ciencias de la Educación, Dra. Angela Niebles, y asociada al Taller de formación situada: contextualización y agenciamiento, el cual está bajo la responsabilidad del profesor Felipe Villanueva.

En el establecimiento, la actividad fue coordinada por el Profesor de Educación Física, José Luis Acosta, quien desde su experiencia como docente de la escuela apoya al equipo EFIS técnicamente.

Según lo expresado por la académica, Ángela Niebles, el objetivo pedagógico de esta actividad se centra en que las y los docentes en formación experimenten un acercamiento a historias de vida marcadas por la discapacidad moderada o profunda, tomando contacto con realidades educativas situadas, desde el segundo año de la carrera.

“Poner en tensión y reflexión nociones asociadas a la diversidad, la motricidad y la racionalidad pedagógica es parte fundamental del proceso formativo de las y los estudiantes de pedagogía en educación física. A través de esta jornada, se logra sensibilizar frente al rol social del profesorado y la importancia de agenciar e instalar espacios de acceso a la estimulación motriz sin importar la condición o situación de las personas”, indicó.

Experiencia

El profesor en formación quien participó como facilitador en la jornada, Byron Inostroza, valoró la instancia mencionando que, a través de la observación y el diálogo con el personal educativo, lo que la experiencia no solo le enseñó sobre la diversidad y la inclusión, sino también sobre la fortaleza del espíritu humano y la importancia de superar los propios límites.

“Al principio me sentí muy curioso y asustado al saber que trabajaríamos con niños con discapacidad y diversas enfermedades, la entrevista con la jefa UTP me permitió conocer sobre la parte dolorosa de trabajar con estudiantes que tienen enfermedades terminales y la importancia de brindarles consuelo y respaldo mientras están en la escuela. A pesar de tener algunos conocimientos sobre cómo tratar a los alumnos, aún necesitábamos crear una planificación. Comenzamos con la idea de enseñar sobre el cuerpo humano mediante una actividad sensorial y fortalecer las habilidades motrices a través de la manipulación de objetos. Al finalizar esta experiencia, puedo decir que ha sido un viaje emocionante y revelador que, desde el inicio, enfrenté mis propios miedos y dudas. Sin embargo, a medida que nos sumergimos en este proyecto y nos familiarizamos con los alumnos el entorno de la escuela, esos temores se disiparon. Descubrimos la importancia de la empatía, la planificación cuidadosa y la colaboración en equipo”, puntualizó.