En voz de quienes lo viven, hoy la antropología es un oficio con múltiples espacios para participar; desde aplicación en políticas públicas, pasando por la reflexión a través de documentales, hasta la elaboración de informes y peritajes. Lo que sí parece claro es que se trata de un campo que ni el avance de la tecnología puede reemplazar; donde un observador está siempre presente y aporta al conocimiento desde el profundo vínculo de confianza.
Wladimir Riquelme Maulén es antropólogo, docente de la Universidad Austral de Chile, específicamente en el Instituto de Estudios Antropológicos, donde imparte la materia de “América Precolombina” para la carrera de Pedagogía en Historia. Pero su trabajo va mucho más allá del aula: también trabaja en el Observatorio Ciudadano y ha desarrollado investigaciones en temáticas ambientales, de pueblos originarios y territorio.
Actualmente, colabora activamente en mesas territoriales, comunidades y organizaciones mapuche, en que elabora informes, peritajes antropológicos y asesora en decisiones políticas, judiciales o institucionales.
Está terminando un Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos en la Pontificia Universidad Católica de Chile, enfocado en conectar el espacio, el territorio y la vida comunitaria desde una perspectiva antropológica. Sumado a todo lo anterior, es documentalista y co-dirigió obras como “Palin” (2024, junto a Víctor Cuchipe) y “Wiñotuay chi lewfü” (2023, junto a María Ignacia Ibarra) donde ejemplifica cómo se puede investigar y narrar desde el registro audiovisual.
En sus palabras, la antropología es un oficio con fuerte presencia. En todas sus áreas, reflexiona, sigue siendo una carrera necesaria para comprender el mundo. Además, que es un oficio que se hace en colectivo, junto a colegas de diversas disciplinas. Eso lo hace muy entretenido, pensar en colectivo es muy importante para el mundo que nos toca vivir.
Documental, investigación y docencia
Para el profesional, la investigación hoy puede hacerse de muchas maneras. También señala que las nuevas generaciones son críticas, tienen intereses diversos y son claros en manifestarlo. Destaca que son sinceras respecto a lo que les importa -y lo que no- y que eso es una ventaja.
“Estamos rodeados de tecnologías, pero el pensamiento crítico, la confianza y los vínculos, son algo que la Inteligencia Artificial no puede reemplazar”, enfatiza.
En ese sentido, la antropología se vincula estrechamente con el trabajo en terreno y las comunidades. Recuerda que, en sus primeros años como estudiante, participó en trabajos de campo con antropólogos recién egresados de la Universidad Austral de Chiley que aquella forma más profunda de hacer investigación marcó su trayectoria.
“Son formas de generar vínculos sinceros a lo largo del tiempo, después uno vuelve a esos lugares y la gente se acuerdan”, comenta, sobre el hecho de haber estado entrevistando a comunidades y agrega: “La antropología tiene la particularidad de vincularse con las personas, que otras disciplinas no las tienen tanto”.
Ese mismo formato de hacer vínculos aparece en su trabajo documental. El que agrega en su trabajo como docente, fomentando la habilidad de análisis en sus alumnos, a través del formato documental.
“Siempre tenemos el perjuicio de que las generaciones nuevas no leen. Pero si uno vemos a un documental como un documento de análisis, lo ven entero, analizan y comprenden en profundidad”. Con ello reflexiona que las formas cambian, pero el propósito es el mismo.
Sobre el futuro de la disciplina
Al respecto, Riquelme comenta que el futuro de la disciplina es algo que no se puede reemplazar: “La reflexión, escribir un texto, leer, registrar procesos, documentar historias, hacer cosas… yo creo que son difíciles de reemplazar. Por ahí vamos a seguir teniendo pega”.
Y deja un consejo para quienes consideran estudiar la carrera: “Recomendarles a los nuevos estudiantes que más que buscar información sobre la carrera, piensen en cómo les gustaría ser posterior a que ingresen: ¿oficinas? ¿terreno? (…) mi mensaje es que piensen en eso, como se ven en un futuro haciendo la profesión y realicen actividades con que sean felices”.
Finalmente, comparte una idea que resume su manera de habitar el oficio: “La antropología permite estar ahí, siempre”.