Cerca de 300 expositores llegaron esta mañana a la Universidad Austral de Chile para participar de las XXII Jornadas de Historia de Chile que organiza el Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
Por tercera vez, es la UACh sede del encuentro bianual que reúne a historiadores, académicos y estudiantes, a dialogar sobre los desafíos de la profesión en Chile. Talleres, simposios y reuniones de investigadores pertenecientes a 88 universidades y centros de estudios; además, de la presentación de 21 libros publicados en los dos últimos años se desarrollarán a lo largo de los tres días que dura el encuentro.
El Rector de la Corporación, Dr. Óscar Galindo V., invitó a los asistentes a reflexionar sobre los temas que convocan esta nueva versión del congreso pero también a que las vivencias de las jornadas marquen sus geografías personales.
Para el Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Dr. Mauricio Mancilla M., este encuentro es una fiesta entorno a la historia de nuestro país. “Confiamos que en esta oportunidad se repitan los espacios de diálogo y reflexión de las anteriores versiones, pensando en los desafíos de la historia reciente y sus alcances sociales y territoriales”, señaló el docente en su saludo.
El director del Instituto de Historia y Ciencias Sociales, Dr. Fabián Almonacid Z., afirmó que este es un evento de gran jerarquía académica y que para el equipo organizador es un honor y orgullo poder producir estas jornadas. “Queremos invitarles a aprovechar estos tres días de intensas actividades académicas y tertulias para conversar sobre los desafíos de la disciplina”, señaló.
“La historia como comunicación social” fue el título de la conferencia que ofreció el Premio Nacional de Historia 2016, Dr. Julio Pinto, para dar por inauguradas las XXII Jornadas de Historia de Chile.
En su intervención, el docente de la USACh señaló que el fenómeno Baradit debe invitarles a reflexionar sobre cómo desarrollan el oficio de historiador e historiadora.
“La historia y las ciencias sociales, en general, se deben a la sociedad en la que se producen, por ende la lectoría de publicaciones al respecto sí nos debe interesar. Tenemos una obligación de tratar de llegar a un círculo mucho más amplio y en ese terreno tal vez Baradit sí tengo algo que enseñarnos”, afirmó el historiador.
En su presentación, el Dr. Pinto señaló que hay tres barreras entre la producción historiográfica y su divulgación. Una de ellas es la hiperespecialización o indexitis, la segunda es la encriptación y la última, la anglofilia.