UACh inauguró nuevo edificio de la Facultad de Filosofía y Humanidades y remodelada sala del Cine Club

Las nuevas instalaciones contemplan una superficie total de 6.516 m2 y cuentan con capacidad de albergar a más de 500 personas en sus 4 pisos. El innovador diseño contempla un ágora multiuso.

Este edificio se llamará Guillermo Araya Goubet, en homenaje al destacado académico y ex Decano que desarrolló una reconocida labor intelectual y defensa irrestricta de la libertad de pensamiento.

A 66 años de su creación, la Universidad Austral de Chile inauguró la tarde del jueves 15 de diciembre un nuevo edificio que acoge a la Facultad de Filosofía y Humanidades, infraestructura que se levanta como un espacio al servicio de las actividades académicas y de la comunidad regional, que dialoga con el entorno natural y se asoma hacia el río Cau Cau en medio de los verdes árboles que caracterizan al Campus Isla Teja en Valdivia. (Vea galería de imágenes).

En la oportunidad también se reinauguró el Cine Club -ubicado al interior de este nuevo edificio-, con 168 butacas, cuatro ubicaciones para acceso inclusivo, una sala de proyección y sonido de alta calidad.

La edificación cuenta con capacidad de albergar a más de 500 personas en sus 4 pisos. Este lugar contiene cómodos espacios de reunión, una sala multipropósito y oficinas administrativas, además de un remozado aspecto que incluye un ágora multiuso, patios, salas de clases, laboratorios para edición de productos radiales y audiovisuales, los cuales cuentan con moderno equipamiento.

Las nuevas instalaciones están emplazadas en una superficie total de 6.516 m2, y la inversión realizada fue de $8.698.763.690. El inicio de la obra se concretó el 02 de enero de 2020 y fue ejecutada por la Constructora Lahuen S.A.

Este proyecto fue presentado en el año 2013 al Consejo Académico, por el entonces Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades Dr. Yanko González, visibilizando la necesidad de espacios de interacción colectiva para la comunidad que promueve. Para su propuesta de edificación trabajó durante dos años una Comisión Triestamental de infraestructura de la Facultad, integrada por representantes de todas sus unidades.

La implementación del edificio cumple con los estándares contemporáneos de una construcción dedicada a la educación superior. Además, es un edificio que dialoga muy bien con el entorno. Cuenta con 6 salas de clases, salas de reuniones y Sala del Consejo ubicada en el 2° piso.

Historia y reencuentro

En un ambiente de alegría y reencuentro se realizó la ceremonia inaugural en el Cine Club UACh, la que incluyó la exhibición de un video sobre el proceso de construcción de la nueva infraestructura. Acompañaron al Rector de la UACh Dr. Hans Richter y al Decano de la Facultad Dr. Mauricio Mancilla, autoridades como el Gobernador Regional de Los Ríos Luis Cuvertino, el Seremi de Gobierno de Los Ríos Víctor Godoi y la Seremi de Ciencia de la Macrozona Sur Dra. Maite Castro; además de ex decanos, académicos, estudiantes, funcionarios y socios del Cine Club.

Consultado sobre este importante hito, el Rector Dr. Hans Richter manifestó que “éste es un día muy especial y estamos cerrando un proyecto que se inició hace aproximadamente 10 años con el tesón y el empuje de todos los integrantes de esta gran Facultad. Éste es el edificio más importante que la Universidad ha construido en toda su historia en términos de volumen, de costo, de superficie, de la calidad y cualidad de la construcción”. La autoridad añadió que “solo queda celebrar un hito institucional de desarrollo muy potente y que es un mensaje que se transmite no solamente dentro de la comunidad universitaria sino, por supuesto, a la región y al país, de que la Universidad sigue avanzando, crece y se proyecta”.

Por su parte, el Decano Dr. Mauricio Mancilla destacó que “este nuevo edificio nos permitirá seguir soñando, pero ahora con la ventaja de contar con las condiciones adecuadas y con espacios de interacción, lo que permitirá a las unidades integrarse sinérgicamente para producir nuevos desafíos como actores claves de esta gran institución del sur de Chile. Con 66 años de historia, nuestra Facultad goza de un amplio reconocimiento por su labor formativa y transformadora, lo que se refleja, no sólo en la calidad académica de sus docentes y estudiantes, sino también, en sus prestigiosos egresados y egresadas, que contribuyen activamente al desarrollo del país, siendo líderes y agentes de cambio social en las diversas áreas en que se desempeñan”.

“Estamos encantados con la oportunidad de ser parte de este gran proyecto que fue la construcción del edificio de la Facultad de Filosofía y Humanidades, lo que, como todos sabemos, era un anhelo que tenía nuestra Facultad hace muchos años. Contar con una sala para el Cine Club realmente es una ocasión para celebrar. Se trata de una sala que está construida especialmente para difusión cinematográfica, con todos los elementos técnicos y tecnológicos que se requieren. Así es que estamos tremendamente felices y motivados para continuar realizando el trabajo que hemos llevado a cabo durante tantos años”, enfatizó la Directora del Cine Club UACh, Andrea Osorio.

Agregó que en un año tan particular como éste, la convocatoria a las comunidades educativas obtuvo resultados sobresalientes. “En 13 funciones, correspondientes a las distintas actividades formativas que organizamos durante el segundo semestre, asistieron sobre mil estudiantes tanto de enseñanza preescolar como de básica y media -en una época del año en la que habitualmente la concurrencia de este segmento de público disminuye-, provenientes de lugares tan distintos de la región como Paillaco, Corral, La Unión, Itropulli, Río Bueno, Pelchuquín, entre otros. Estamos convencidos de que éstos no son solo datos, sino que son la prueba de que nuestro quehacer aporta y aportará al complejo proceso que muchos niños, niñas y adolescentes están enfrentando luego de dos años de pandemia, ya no solo como apoyo en el ámbito de lo pedagógico, sino que, en un sentido mucho más amplio, que va más allá del horizonte de lo académico”.

Arte, memoria y futuro

En la ceremonia se exhibió un cortometraje animado para dar inicio al 60° aniversario del Cine Club, el cual es dirigido por Gabriel Miranda, estudiante de cuarto año de Creación Audiovisual, y que incluyó íconos como “El Pingüiño”, la micro amarilla “La Pingüina”, el río y el ex Hotel Pedro de Valdivia, entre otros.

Asimismo, se estrenó en Valdivia el documental “Sheraton, la huella de la memoria”, de la Prof. Margarita Poseck -académica del Instituto de Lingüística y Literatura-, y que muestra el estado actual de deterioro de la ex cárcel de la Isla Teja de Valdivia, que acogiera a cientos de presos políticos durante la dictadura, pero que hoy se ha abierto como espacio de memoria para establecer nexos con otros acontecimientos de nuestra propia historia.

A continuación, se realizó un corte de cinta y descubrimiento de la placa con nombre del nuevo edificio que llevará el nombre de Guillermo Araya Goubet, quien fue profesor, investigador y difusor de la lingüística, la literatura y los estudios etnográficos. Fue cofundador del Instituto de Filología y de la Revista Estudios Filológicos. Ocupó el cargo de Decano de la Facultad de Filosofía y Letras entre 1964-1968, y más tarde entre 1972-1973. Entre sus principales obras se destaca el Atlas Lingüístico-Etnográfico del Sur de Chile. Junto a su distinguida labor intelectual, su vida académica estuvo marcada por una defensa irrestricta de la libertad de pensamiento. Fue candidato a Rector en 1973 y por sus ideas, que promovían una universidad libertaria, antidogmática, democrática y comprometida con su misión social, fue exonerado y debió enfrentar prisión, vejámenes y el exilio después del golpe de Estado. Esto se realizó a un costado del ágora de la edificación.

Ya cayendo la noche se hizo una proyección (mapping) con segmentos de la historia de la Facultad, destacando la obra y legados de los ex Decanos y ex Decana.

Ediciones UACh igualmente presentó un espacio de exhibición de su catálogo con vitrinas especialmente diseñadas y que se ubican el pasillo principal del edificio.

Discurso del Decano Dr. Mauricio Mancilla en el marco de la Inauguración del Edificio Guillermo Araya Goubet

En nombre de la Facultad que represento, quisiera saludar, a todas y todos quienes hoy nos acompañan en esta importante ceremonia. Agradezco la presencia de las autoridades locales y regionales, de las autoridades universitarias, de socios y socias del Cine Club, y agradezco de sobremanera la presencia de colegas y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

Qué alegría recibirles en este remozado Cine Club. Como comunidad universitaria estamos muy contentos y emocionados por la inauguración de este edificio que alberga las dependencias del cine club universitario y de las unidades académicas de nuestra Facultad. Para nosotros se trata de un proyecto anhelado por décadas, y que ha transitado un largo camino. Se trata, además, de un bello proyecto arquitectónico, que cumple con las necesidades actuales y proyectadas de la Facultad y que cuenta con altos estándares de excelencia. Este edificio dialoga con el proceso de revitalización de las humanidades, la educación, la comunicación y las ciencias sociales que se vive en nuestra universidad. Su implementación le dará más dignidad al trabajo académico de docentes, funcionarios y estudiantes, y con ello, lograremos superar las inequidades disciplinarias que a veces se viven al interior de la universidad. Esta nueva infraestructura nos permitirá seguir soñando, pero ahora con la ventaja de contar con las condiciones adecuadas y con espacios de interacción, lo que permitirá a las unidades integrarse sinérgicamente para emprender nuevos desafíos como actores claves de esta gran institución del sur de Chile. Con 66 años de historia, nuestra Facultad goza de un amplio reconocimiento por su labor formativa y transformadora, lo que se refleja, no solo en la calidad académica de sus docentes y estudiantes, sino también, en sus prestigiosos egresados y egresadas, que contribuyen activamente al desarrollo del país, siendo líderes y agentes de cambio social en las diversas áreas y lugares donde se desempeñan.

Sí, ha sido efectivamente un largo caminar. Este itinerario se inició a comienzos de 2012 con la constitución de una comisión de espacios físicos convocada por el ex Decano Yanko González, quien se propuso la tarea de abordar la necesidad de contar con infraestructura mayor para nuestra Facultad. Él comprendió que debía seguir el ethos que ha forjado a nuestra comunidad universitaria y nos convocó a todos los actores a ser parte de un proceso participativo. A mí me correspondió acompañarlo como prodecano en los seis años que lideró nuestra Facultad y pude ver de cerca la pasión y la entrega que puso en cada una de sus acciones, especialmente en velar por conquistar este sueño colectivo. Gracias Yanko por tu incombustible perseverancia.

A poco andar, ya en julio de 2013, bajo la Rectoría de Dr. Cubillos, el honorable Consejo Académico aprobó el anteproyecto arquitectónico y en noviembre del mismo año lo mismo hizo el Directorio. En el acta de este último cuerpo colegiado, en Sesión Ordinaria del jueves 21 de noviembre de 2013, puede leerse lo siguiente: “el Directorio acuerda reconocer la necesidad de dar una solución prioritaria al problema de infraestructura de la Facultad de Filosofía y Humanidades y solicitar a la Administración Central que continúe con la fase siguiente, esto es con el diseño, estudio y evaluación del proyecto de construcción del edificio”. Después de años de trabajo, en 2019, en la Rectoría del Dr. Galindo, a partir de un Plan Global de Inversiones, se aprovisionaron los recursos necesarios para su construcción. Y en la actual rectoría, se ha finalizado su implementación. Agradezco al Rector Hans Richter y a su equipo por apoyar la fase final de construcción del edificio. Y por su intermedio, agradezco a las y los profesionales de la Dirección de Infraestructura y Desarrollo Físico y de la Dirección de Servicios quienes han acompañado este proyecto desde su inicio y han sabido encontrar las oportunas soluciones a nuestras necesidades.

Queridas amigas y amigos, si bien han pasado 10 años desde que iniciamos este camino, hacer realidad este sueño no sería posible sin el trabajo abnegado de generaciones de docentes, funcionarios y estudiantes que han sido y son parte de la historia de esta Facultad. Varios de ellos ya no están con nosotros, pero han aportado al desarrollo y engrandecimiento de nuestra Universidad. A riesgo de ser injusto, quisiera recordar a algunos nombres. Las y los funcionarios Érica Ávalos, Gladys Rojas, Mirta Fuentes, Mario Delgado, Érica Jara, Tolentino Espíndola, Enrique Peña, Gloria Mendoza, Eduardo Hernández, Mercedes Molina y Jorge Bárcena. Un conjunto de bellas personas que nos guiaron y acompañaron en estos años. También han sido parte de esta historia las y los académicos Eleazar Huerta (nuestro decano fundador, diputado por Albacete y que tras huir de la guerra civil, recaló en la Universidad de Chile y años más tarde vino al sur a propagar la semilla de las humanidades), Guido Mutis (como no recordar a Guido Mutis en esta sala de cine), Inés Astoquiza, Jorge Millas, Dario Menanteau, Liliana Larrañaga, Gastón Gaínza, Luis Oyarzún, Leonidas Morales, Gladys Jadue, Félix Martínez Bonati, Carlos Ramírez, Gladys Cepeda, Erwin Haverbeck, Gloria Mulsow, Gastón Gómez Lasa, Felisa Cancino, Alfredo Pradenas, Sonia Naur, Walter Hoefler, Eduardo Roldán, Ricardo Molina, Guido Burgos, Elva Ardiles, Iván Carrasco, Roberto Matamala, María Angélica Illanes, Carlos Amtmann y un largo etcétera. Son tantas y tantos, que me disculpo por no poder nombrarles a todos, pero vayan para ellas y ellos mi reconocimiento y admiración.

Sin embargo, a lo largo de esta historia hay un nombre que pocas veces ha sido recordado, y que nuestro colega Yanko González fue uno de los primeros en volver a rendirle tributo en esta Universidad. Me refiero a Guillermo Araya, quien fue profesor, investigador y difusor de la lingüística, la literatura y los estudios etnográficos. Fue cofundador del Instituto de Filología y de la Revista Estudios Filológicos. Ocupó el cargo de Decano de la Facultad de Filosofía y Letras entre 1964-1968, y más tarde entre 1972-1973. Entre sus principales obras se destaca el Atlas Lingüístico-Etnográfico del Sur de Chile. Junto a su distinguida labor intelectual, su vida académica estuvo marcada por una defensa irrestricta de la libertad de pensamiento. Fue candidato a Rector en 1973 y por sus ideas, que promovían una universidad libertaria, antidogmática, democrática y comprometida con su misión social, fue exonerado y debió enfrentar prisión, vejámenes y el exilio después del golpe de Estado. Le recuerdo de manera especial en este día, porque, según lo acordado por el Consejo de Facultad en sesión del martes 15 de noviembre de 2022, a contar de hoy este Edificio llevará su nombre: Guillermo Araya Goubet. A través de este gesto, la Facultad reconoce su estatura moral y su confianza en el libre diálogo de ideas, que nos inspiran a seguir adelante con nuestra vocación formativa.

Quisiera cerrar mis palabras dirigiéndome a mis colegas, especialmente a los más jóvenes. A docentes y funcionarios que se han integrado en los últimos años. Hoy las instituciones de educación superior viven un momento desafiante, un tiempo que nos exige lo mejor de cada uno de nosotros. Sé que estaremos a la altura de las circunstancias y que, de manera mancomunada, como lo hemos hecho otras veces, haremos que esta gran institución siga proyectándose en el tiempo. Los invito a ser protagonistas de las mejoras en la calidad y excelencia de nuestra casa de estudios. Los invito a seguir trabajando en la defensa de la educación, fortaleciendo iniciativas colaborativas con funcionarios y estudiantes. Los invito a seguir aportando a la comunidad y a nuestro territorio, convirtiéndose en líderes en cada uno de vuestros campos de acción para avanzar en la necesaria interdisciplinariedad del quehacer académico. Los invito a continuar promoviendo valores, tales como la excelencia, la diversidad, la inclusión, la equidad de género y el pluralismo, expresiones que son sello de nuestra institución. Si bien las universidades, muy a mi pesar, se miden hoy por la cantidad de artículos publicados al año y no por la calidad de estos, quienes nos dedicamos a lo propiamente humano como son la literatura, la historia, la antropología, la filosofía, las lenguas y por supuesto la educación, tenemos la responsabilidad, más allá de los indicadores, de mantener en vilo el preguntar y servir a la sociedad, lo cual representa la misión espiritual toda universidad.

Un abrazo grande y afectuoso de corazón.