Organizada por la docente Estefanía Peña, del Instituto de Lingüística y Literatura, la poesía de Elvira Hernández se estudia en el marco de la asignatura “Poesía chilena: vanguardia y postvanguardia” que dicta la académica en la carrera de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación.
Elvira Hernández estará en Valdivia participando del Coloquio “Prácticas de la imagen y de la escritura” que se realizará entre los días 16 y 18 de mayo en Casa Luis Oyarzún.
Elvira Hernández -seudónimo de María Teresa Adriasola- nació en Lebu en 1951, y desde temprana edad emprendió una “práctica poética” que ha alcanzado una significativa difusión nacional y continental, consolidándola como una de las voces femeninas más singulares de la poesía contemporánea chilena y latinoamericana. Entre sus libros, publicados en Chile, Argentina y Colombia, destacan: ¡Arre! Halley ¡Arre! (1986), Meditaciones físicas por un hombre que se fue (1987), Carta de Viaje (1989), La bandera de Chile (1991), El orden de los días (1991); Santiago Waria (1992) y Álbum de Valparaíso (2003). En paralelo a su obra poética, Elvira Hernández ha desarrollado una considerable labor crítica, generalmente firmada con su nombre real. Como Teresa Adriasola editó en conjunto con Verónica Zondek la muestra poética Cartas al azar (1990) y escribió junto a la poeta Soledad Fariña el trabajo Merodeos en torno a la obra poética de Juan Luis Martínez, recopilación de artículos críticos y ensayos sobre la obra del autor de La nueva novela.
Su obra destaca entre la poesía femenina de la década de 1980 por su carácter experimental, razón por la que su trabajo ha sido clasificado dentro de la llamada neo-vanguardia, grupo en el que se incluye la obra de poetas como Raúl Zurita, Soledad Fariña, Verónica Zondek y Juan Luis Martínez. Con ellos Elvira Hernández comparte no sólo el mismo contexto político, ya que sus obras surgieron y se desarrollaron en medio de la dictadura de Augusto Pinochet, sino también algunos rasgos característicos, entre los cuales sobresalen el quiebre de la sintaxis tradicional y el uso de múltiples recursos discursivos provenientes del ámbito popular y de la cultura tradicional.
Algunos de los temas recurrentes en su poética han sido el viaje -ya sea de carácter real o metafórico-, la ciudad -vista tanto en calidad de espacio físico como de campo semántico donde se entrecruzan múltiples discursos heterogéneos- y el desarraigo o la marginalidad, entendida no sólo como condición social, sino como reflejo de la situación periférica del tercer mundo.