Estudiantes de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación realizaron prácticas de educación no formal en distintos contextos socio educativos de la región

Cuenta cuentos, talleres de lectura, adaptación de libros con obras de teatro, realización de talleres de fomento lector fueron parte de las actividades que realizaron estudiantes de tercer año de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación en el marco de la asignatura de “Práctica Especialidad: Educación no Formal” que coordinan las profesoras Ruth Belmar y Mónica Munizaga.

Este curso nace a través de la innovación curricular que implementa la Escuela de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación -desde el año 2019- y tiene como propósito que los y las estudiantes realicen prácticas en algún área o en alguna institución u organización distinta del contexto escolar formal, pero que se vincule con las líneas de formación que tiene la carrera, en el entendido que las acciones pedagógicas y de aprendizaje suceden en espacios no académico.

Desde el año 2021 ha iniciado la implementación de prácticas no formales, las cuales, en primera instancia, fueron realizadas en modalidad virtual producto de la pandemia. A partir de este año se realizaron de manera presencial y contemplo la ejecución de proyectos de las y los estudiantes en distintos contextos.

La académica Mónica Munizaga, docente del Instituto de Lingüística y Literatura destacó el sentido que les entregan estas instancias en sus procesos formativos “Estas prácticas les abre el mundo a los estudiantes, a veces pensamos que ser profesor o profesora es solamente estar en el aula, siguiendo un programa ministerial, y esto les muestra otras realidades de la educación, permitiéndoles hacer cruces interdisciplinarios y llegar a todo tipo de personas y eso sin duda, los proyecta en nuevos campos laborales y también les abre la mente y el espíritu a llegar a un mayor número de personas”.

Además, destacó la reflexión profunda que realizan las y los profesores en formación al liderar estas experiencias: “Los estudiantes este semestre quedaron fascinados con la recepción que tuvieron en sus lugares de prácticas. Por ejemplo, con la organización “Los Caminos de la vida” donde personas en situación de calle tuvieron la posibilidad de escuchar lecturas que ellos les realizaron, conversaron sobre los libros y se desarman un montón de prejuicios de las personas que están en ese contexto. Así con todos los espacios en donde estuvieron realizando sus prácticas, atender a las formas en que se puede vincular interdisciplinariamente el trabajo del fomento lector con el de las organizaciones, como, por ejemplo, el trabajo que hace el Centro de Humedales que tiene relación directa con el ámbito con la biodiversidad”

“Práctica Especialidad: Educación No Formal”, además, posibilita que las y los estudiantes fortalezcan sus aprendizajes disciplinares y pedagógicos situados, construyendo andamiajes para las Líneas de Certificación de la carrera, especializaciones que se orientan hacia la excelencia del proceso formativo inicial docente en Lenguaje y Comunicación. Actualmente, la Escuela propone cinco líneas de certificación: Fomento Lector y Animación a la Lectura, Dirección Teatral Escolar, Literatura Latinoamericana Contemporánea, Lingüística y la línea de certificación en Didáctica, Diversidad y Derechos Humanos. Siendo la única carrera de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación a nivel nacional que cuenta con estas especializaciones en su propuesta curricular, además de ser pionera en la incorporación del fomento lector como formación pedagógica de especialidad.

Experiencias de prácticas no formales

Javiera Barría, Catalina Bahamonde y Valentina Soto realizaron jornadas de escritura creativa focalizada en las experiencias sensoriales, actividad realizada en la librería Qué Leo de Isla Teja.

La jornada contó de dos sesiones, en las cuales el objetivo era ayudar a desarrollar la escritura a través de experiencias sensoriales respecto a estímulos pensados para cada uno de los cinco sentidos. Los estímulos además fueron pensados respecto a la territorialidad de Valdivia, por lo mismo la actividad se bautizó como “Escribiendo Valdivia”.

La profesora en Formación, Valentina Soto hizo un positivo balance de su práctica de educación no formal “Fue una actividad que nos dejó muy contentas, el equipo de la librería Qué Leo, especialmente Beatriz y Paulo, nos brindaron todas las herramientas y el espacio para ser creativas, además de ayudarnos con la difusión. También fue una forma de conectar y utilizar todo lo que hemos aprendido en lo que llevamos de carrera, para poder llevarlo a la práctica, lo cual también fue sumamente satisfactorio pues sentimos que se nos ha preparado bien”.

La estudiante de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación valoró la posibilidad de realizar estas prácticas de educación no formal: “crear actividades para la educación no formal es un desafío, pues el grupo al que se le enseña es más heterogéneo, entonces hay que posicionarse en todas las dimensiones para que la actividad a proponer sea efectivamente comprendida para ser puesta en práctica, creo que esa fue la mayor contribución de la experiencia para nuestra formación”.