Frente a los graves hechos ocurridos durante el fin de semana en la región de la Araucanía, como integrantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile, manifestamos nuestro profundo rechazo a la violencia racista contra el pueblo mapuche. Asimismo, expresamos nuestra profunda preocupación por el grave estado de salud de los comuneros mapuche que hoy se encuentran en huelga de hambre. Especialmente el caso del Machi Celestino Córdova que ya cumple 93 días en huelga de hambre, ante la negativa del Gobierno y de los Tribunales de justicia de atender su solicitud de acogerse a ley de “indultos conmutativos”, promulgada en el actual contexto de pandemia, para asistir a su rewe y cumplir con sus deberes de autoridad religiosa en su lof mapu. Sin embargo, los presos políticos mapuche, a diferencia de otros casos, no han obtenido respuesta a sus demandas o derechamente han sido rechazadas.
Es altamente preocupante que los actos de violencia se desencadenaran después de la visita a la Araucanía del Ministro del Interior y Seguridad Pública, Víctor Pérez, quien ha insistido, a través de sus declaraciones, en hacer uso de un lenguaje belicista y criminalizador del pueblo mapuche. Los hechos demuestran, una vez más, el fracaso en el modo de hacer política y dejan al descubierto expresiones de intolerancia que lastiman a las comunidades y a sus territorios. Interpelamos a las autoridades a garantizar el resguardo de los DDHH, atendiendo a los aspectos centrales del Convenio 169 de la OIT. Es urgente avanzar y profundizar la convivencia democrática, así como en el legítimo derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas.
El racismo se actualiza frente a una crisis del humanismo, de la institucionalidad y de la razón, como principios orientadores de la convivencia en comunidad. Desde la Universidad no podemos ser indiferentes a la amenaza de la vida y a los actos de injusticia contra nuestras comunidades. La violencia ejercida en el desalojo de los municipios en la Araucanía nos hace retroceder a un pasado colonial, que supera el límite de lo imaginable, en particular para una sociedad que se comprometió con el Nunca Más. Los Derechos Humanos son superiores a cualquier derecho de propiedad pública o privada, y su defensa y promoción son un valor intransable en todo tiempo.
Hacemos un llamado a terminar con la represión y militarización en el Wallmapu, que en el actual contexto de pandemia ha agudizado la situación sanitaria, económica y social de cientos de familias, atentando además contra los Derechos de la Infancia. Es urgente que el estado y la clase política establezcan un diálogo plural y participativo, fundado en el principio del reconocimiento y respeto al Pueblo Mapuche y a los Pueblos Originarios en su conjunto.
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