Este semestre se dio inicio al proyecto que busca implementar estrategias de aprendizaje en torno al pensamiento crítico y educación emocional, ámbito relevado como primordial en el fortalecimiento de la educación inicial para la carrera de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales. Se trata del desarrollo de tutorías para estudiantes de segundo año de la carrera, en el marco de la asignatura Ética, Relacionalidad y Desarrollo Humano. Sumado a ello, también se ha diseñado una guía para tutores, confeccionada por los mismos docentes.
El proyecto propone el uso de la estrategia de tutoría de pares como forma de fortalecer la enseñanza-aprendizaje, basado en el supuesto que el aprendizaje tiene un fuerte componente social y por lo tanto se construye en las interacciones con otros. En específico, se abordan las habilidades de pensamiento crítico y educación emocional, desde un enfoque relacional y transversal. Ambas habilidades son claves para el desarrollo en la formación de futuros profesores, así como en su ejercicio profesional.
Sobre lo anterior, el docente Yerko Monje indicó que, “esta estrategia de enseñanza-aprendizaje se alinea con el enfoque teórico constructivista y socio-cultural en tanto permite relevar por un lado el carácter relacional de aprendizaje y por otro promueve habilidades tanto en el par- tutor como en el par-aprendiz que se orientan a la metacognición, el desarrollo de agencia en el proceso de aprendizaje, así como en un empoderamiento y motivación a nivel personal”.
En cuanto a la experiencia de participar en el proyecto, Estrella Mansilla, tutora del proyecto señala que “es gratificante poder apoyar y guiar a los compañeros de generaciones menores en el desarrollo de habilidades de pensamiento y educación socioemocional, pues esta relación más simétrica permite consultar y resolver dudas que se presentan en relación a la formación académica de los compañeros/as. Así mismo, esta metodología de trabajo ayuda a uno mismo en su futuro quehacer docente, como también, potenciar el compañerismo y la sociabilización entre los estudiantes con los cuales se comparte una formación común.
Por su parte, Nicole Godoy, también tutora de la iniciativa indica que “Ha sido una experiencia enriquecedora, tanto personal como académicamente. En lo personal, me ha implicado organizarme más respecto a mis tiempos y el profundizar en habilidades que muchas veces uno deja de lado o no explota de la manera correcta en la vida universitaria, como es el pensamiento crítico”.
De esta manera, con el proyecto se espera promover habilidades de aprendizaje autónomo y centrado en la agencia de los estudiantes. La implementación de esta innovación puede tener un impacto positivo a nivel personal en los estudiantes, en tanto se espera que se perciban más competentes en sus propios procesos de aprendizaje, así como más involucrados con otros estudiantes de la carrera, al tener espacios de conocimiento entre generaciones. Ello podría tener implicancias a un nivel institucional, por ejemplo, en los indicadores de deserción de los estudiantes, o en el nivel de satisfacción de estos con la carrera en los primeros años.